domingo, 22 de enero de 2006

A vueltas con la gripe del pollo.

‘El Gobierno francés informa de un posible caso de gripe aviar’ (El País)

En condiciones normales ésta sería una noticia muy preocupante. ¿Acaso no estábamos amenazados, no hace mucho, por una pandemia, originada por una más que probable, se decía, mutación del virus H5 N1, causante de la gripe aviar y que iba a matar a ciento cincuenta millones de personas? Si no tuviéramos cierta experiencia, aún estamos temblando con el efecto dos mil, con el comportamiento de los medios de comunicación y de los gobiernos, muy especialmente del actual gobierno de los Estados Unidos, encabezado por el fanático fundamentalista George W. Bush, podríamos sorprendernos por el poco lúcido papel que esta, potencialmente, alarmante noticia tiene en las primeras páginas de los periódicos. Nada en el New York Times ni en el Washington Post, el Times ni en los periódicos económicos de habla inglesa aunque, como es natural, ocupe un lugar destacado en los periódicos franceses y también en los españoles.

Propagando la enfermedad


Pero no sólo no hay razón para sorprenderse sino que, a la luz de la experiencia, hay elementos suficientes para considerar seriamente la posibilidad de que la amenaza, en los términos en que se ha planteado, tenga la misma credibilidad que la pretendida existencia de armas de destrucción masiva en Irak. Podemos, por ejemplo, considerar la siguiente declaración de Bush:


“Si no se le combate, este virus puede llegar a ser la primera pandemia del Siglo XXI. No debemos permitir que eso ocurra. Es esencial que trabajemos juntos, y, como estamos haciendo, que cumplamos la obligación moral de proteger a nuestros ciudadanos, curar a los enfermos y confortar a los afligidos”

Este es un discurso típico del Presidente. Insustancial, cargado de moralina y ocultando hechos imprescindibles para comprender el alcance de lo que está diciendo. Dice que va a cumplir el deber moral de proteger a sus ciudadanos, curar a los enfermos y confortar a los afligidos. Además de esta monserga religiosa, a la que es tan aficionado como al fútbol americano, supongo que habrá tenido en cuenta también las obligaciones de su cargo de presidente. Pero ¿cuáles son, en este caso, los hechos relevantes que podrían mejorar la comprensión del mensaje?

El primero y más importante es que la cosa no es para tanto. La gripe aviar tiene su origen en granjas superpobladas, con los animales amontonados y sucios, en unas condiciones en las que lo difícil es que no surja algún tipo de problema sanitario, tanto entre los animales como entre las personas que trabajan en esos establecimientos, que viven entre la porquería y que se ven obligados a matar a las aves con las manos desnudas y con medidas profilácticas prácticamente inexistentes. Como es lógico, de las 53 muertes atribuidas al virus en ocho años, la mayor parte se han dado entre estos trabajadores y en todos los casos se trataba de personas expuestas al contagio directo en las granjas citadas.

También tiene su importancia que la medida más importante que el Gobierno norteamericano va a tomar es acumular cantidades ingentes de dosis de un antiviral, conocido como Tamiflu, del que lo mejor que se ha dicho por parte de organizaciones relacionadas con la salud en los Estados Unidos y en el mundo (OMS) es que puede que sirva de algo. Vamos, que mucho mal no puede hacer. Estamos hablando, sólo en los Estados Unidos, de 25 millones de dosis a 100$ la dosis.

Tampoco resulta inútil, de cara a la comprensión de lo que está pasando, saber que el Tamiflu fue producido originariamente por la compañía californiana Gilead, que actualmente percibe derechos por cada dosis, aunque la patente fue vendida a la multinacional suiza Roche, o que Rumsfeld fue presidente del Consejo de Gilead Sciences desde 1977 hasta 2001, cuando fue nombrado, por Bush, secretario de defensa de los Estados Unidos.

Y, volviendo al principio. ¿Por qué razón el asunto ya no despierta el interés de los medios de comunicación ni provoca otra intervención apocalíptica de Mr. Bush? Pues muy sencillo: Porque el negocio ya está hecho y los laboratorios no tienen capacidad para cubrir una mayor demanda. No tiene ninguna utilidad, por el momento, seguir extendiendo el pánico.

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